Por siempre Flaca

Así como llegó, de repente, se nos fue la Flaca.

Apareció un día caminando por la banquina de la Ruta 9 a la entrada del camino que solemos tomar, para llegar al ranchito.

-Pará, pará, creo que es el Nacho-, me dijo mi Gatito. Nacho era un perrito que hace un mes atrás nos habían regalado, pero se escapó entre las maderas de la tranquera. Frené, mi co-equiper abrió la puerta para mirar mejor, pero no era él. Era un perro desgarbado, pura hilacha, negro, orejudo y feo. Una verdadera lástima. Varios perros se amontonaron al rededor del auto y con clara señal de querer atacar a la piltrafa de cuatro patas que estaba afuera.

Cerró la puerta del auto y arranqué.

 Al estacionar el auto, digo: Pobre perro, donde andará, ojala que no le pase nada. Ni Gatito se rió y me señaló la criatura entre sus pies. Ni lerdo ni perezoso, se había subido al auto cuando abrió la puerta y vio que los otros perros, quizás, lo atacasen.

 Y así llegó. Descubrimos que era hembra. Se quedó con nosotros, iba ser una muy buena compañía para la Picha, que había quedado solita, después de que su hermano Nacho se perdiera.

Como era una sombra de alambre la bauticé "Flaca". Calculamos que tenía entre 4 y 6 un par de meses más que la Picha; pero su contextura era menor. Al tiempo, con cuidados, buena alimentación, comenzó a parecer un perro y no una piltrafa.

Cuando todavía, no tenían la casita

Era inquieta, corría de una punta a la otra con la Picha; pero tenía un problema le gustaba hacer pozos. El patio, el jardín, hasta el sendero de entrada del ranchito no se salvaron. Parecía campo minado de tantos hoyos.

Casi un año y medio nos alegró, nos enojó, nos hizo reir y llorar. 

Yo la quiero recordar en su máxima expresión....haciendo pozos, para cazar coi.

Esto fue hace diez días atrás: 

Hasta siempre Flaca loca!!!

La ultima foto que le saqué en el negocio.